foto: diariovasco
…Cuando llueve uno se moja como en las demás. Suena el despertador, las 4:15 de la mañana, seguro que a estas horas alguno está saliendo de juerga… Con las legañas como pegatinas en las pestañas, emprendemos la marcha Julián, Gorriti, Javier, Óscar y un servidor. Me duermo y cuando despierto, estamos casi en el Boulevard. Montamos el campamento base en el parking, como tantos corredores más, junto al servicio, por si es menester. Después un poco lo de siempre, que si café, que si cambiarnos, que si vamos a por el tren… que si masaje y sauna en el vagón, es que la organización es un punto!… sardinas enlatadas hasta el autobús que nos llevará a la salida. Se pone a llover un poco, hace viento y frío, menuda racha llevó! Nos encontramos con mucha gente en el famoso campo de fútbol donde todos calientan, comen, beben o evacuan según la necesidad y no necesariamente en este orden. Allí aparecen entre otros Iñaki, Kirander, el famoso «Rocas el trota» y Emilio. La salida, para variar, la hacemos más fuerte de lo que al menos yo hubiera querido. Nos vamos Rocoso, Óscar y yo, pero sólo es hasta el kilómetro seis, allí les despido y me pongo a mi ritmo… algo que agradezco con entusiasmo, por fin dejaré de snifar el «Radiosalil» con el que Óscar se ha engominado hasta el pelo, todo con la excusa de reparar una dolencia en el psoas. En el 10 noto los efectos secundarios del café de Gorriti, seguro que adulterado, que eso de que ahora pite de ese modo no es gracias a un filete y los macarrones de Maite. Llueve mucho y hace viento, la camiseta helada se me pega a la piel… pero mira que soy imbécil, si yo no he nacido para correr en tirantes! Justo antes del Miracruz me adelanta Julián, y me quiero morir, no porque me adelante, si no por los pinchazos en el estómago que el café, como si hubiera cristalizado, me arremete sin piedad. Ataco Miracruz… pero de dónde ha salido toda esta gente???! En la bajada, justo el terreno más propicio, yo tengo que bajar el ritmo para no ir «dejando rastro» tipo Hansel&Gretel al resto de corredores. Ahora llueve más, «mecagoensusmuelas». Entro en meta despacio, después de 1h29’10» corriendo. Veo a Ósacar en la lejanía, tiembla como un polluelo recién nacido, le ofrezco mi camiseta, se hace el chulín y dice que no.. claro! con los tres litros de «Radiosalil» que lleva encima, quién tendría frío??? Nos cambiamos, «Colacao», y nos vamos al barrio viajo a… bueno, eso es otra historia, y no seré yo quien la desvele. Una vez más, preciosa carrera, de esas que hay que correr mil veces, incluso aunque haga sol.